El país se adecúa a las exigencias del mercado internacional

En el 2008 los productos agropecuarios colombianos tuvieron entrada a ocho nuevos mercados internacionales

La sanidad del agro colombiano le permitió al país la comercialización de sus productos agropecuarios en nuevos mercados internacionales
Este 2008 cierra con un balance positivo para el campo colombiano y los productores agropecuarios, al ampliar la comercialización de 15 productos en nuevos mercados internacionales.


Las negociaciones sanitarias y fitosanitarias, y demás estrategias de acción emprendidas por el Instituto Colombiano Agropecuario, Ica, dejaron durante este 2008 resultados positivos en el sector agropecuario, al lograr que ocho países le abrieran paso a la comercialización de 15 productos de origen agrícola y pecuario.
 
Con una inversión cercana a los 63 mil millones, las estrategias de acción del Instituto mantuvieron la sanidad agropecuaria del país, mediante el fortalecimiento de su red de laboratorios de diagnóstico vegetal y animal, y de su sistema cuarentenario para minimizar el riesgo de entrada de enfermedades exóticas.
 
En el área agrícola, la lucha contra plagas y enfermedades permitió a los productores mantener sus cultivos, así como sus ingresos económicos. La sanidad del agro colombiano fue primordial para que el Ica estableciera con países como Estados Unidos, Perú, Chile, Brasil, Ecuador y Panamá la exportación de pitahaya en rodajas, semillas de granadilla, bulbos de liatris, estolones de maralfalfa, melón, semillas de swinglea glutinosa, cormos de malanga, flores y follajes.
 
El control a las moscas de la fruta fue determinante para que el Ica en el 2008 declarara al territorio nacional libre de mosca oriental, una plaga que ataca los cultivos de banano, guanábana, guayaba, higo, lima acida, mango, manzana, naranja, aguacate y papaya, y que además limita su comercialización en otros países.
 
Así mismo, declaró libre de la mosca de las cucurbitaceas el sur del departamento de la Guajira, incrementando la exportación de melón producido en esta zona sin necesidad de aplicar tratamientos cuarentenarios pos cosecha.
 
“La declaratoria de esta zona favoreció la negociación que este año Colombia hizo con Chile para la exportación de melón, una fruta que en el país cuenta con alrededor de 2.461 hectáreas sembradas, y que sus exportaciones hacía países como Aruba, Cuba, Curazao y Ecuador generaron ingresos por valor de 94.819 dólares”, señaló el gerente del Instituto, Andrés Fernández Acosta.
 
Frutas como la mora y la frambuesa, producidas en la Sabana de Bogotá, continuarán con el acceso al mercado de Estados Unidos, gracias a que el Instituto reconociera esta zona como área de baja prevalencia con sitios de producción libres de moscas nativas y mosca del Mediterraneo.
 
Por último, una zona del norte del departamento del Valle del Cauca también fue declarada como área de baja prevalencia de la mosca del mediterráneo, la mosca suramericana y la mosca de las cucurbitáceas. “Esta declaratoria contribuirá a estimular las exportaciones de papaya y melón desde esta zona de Colombia a países con restricciones cuarentenarias, tales como Chile y Estados Unidos”, añadió el alto funcionario.
 
El protocolo fitosanitario firmado entre el Ica y el Ministerio de Desarrollo Agropecuario de Panamá, MIDA, autorizó  la reapertura de las exportaciones de astromelias, callas, clavel, mini clavel, crisantemo, pompón orquídeas, qypsophila, heliconias, gérberas, girasol, hortensias, lirio, limonium, rosa, solidago, helecho cuero y flollajes hacia ese país.
 
“Para los floricultores colombianos el mercado de Panamá les permite consolidar sus exportaciones hacia la Unión Europea, teniendo en cuenta que el vecino país es un paso obligatorio para que nuestras flores tengan acceso al mercado europeo”, indicó Fernández Acosta.
 
Para el sector floricultor fue fundamental la declaratoria que a mediados del año el Ica hizo al departamento de Antioquia como libre de Roya Blanca del Crisantemo, una enfermedad que causa grandes pérdidas en el sector floricultor, al restringir la exportación de las flores colombianas en mercados extranjeros.
 
De otro lado, el Instituto combatió la comercialización ilegal de insumos agrícolas en cinco departamentos del país, en donde la inspección, vigilancia y control de 166 almacenes dejaron como resultado el sellamiento de 1.322 productos de insumos agrícolas, con un valor comercial a los tres mil millones de pesos.
 
Por otra parte, el sector pecuario del país también amplió sus posibilidades de comercialización en nuevos mercados internacionales. Hoy por hoy Colombia puede exportar hacía Venezuela ovinos, caprinos en pie y harina de pescado; a Perú alimentos balanceados para mascotas, y a Paraguay semen, embriones y bovinos vivos para reproducción.
 
Así mismo se reabrió con México la comercialización de peces ornamentales, la cual ascendió a 1.668.517 unidades de estas especies, representadas por un valor aproximado de 417 mil dólares.
 
La gestión del Instituto garantizó también la sanidad pecuaria colombiana, protegiendo las especies animales y manteniendo su estatus sanitario. “A pesar de los dos focos de fiebre aftosa presentados en el departamento de Norte de Santander, el Ica, con su fuerte capacidad diagnóstica y de reacción, logró detectarlos y controlarlos de manera efectiva, para lo cual sacrificó 1.330 bovinos, 9 porcinos y 8 ovinos”, agregó el gerente del Ica.
 
Cumpliendo con las normas internacionales de sanidad animal, el Ica continuó con el proceso adelantado para lograr que el 2009 Colombia sea certificado por la Organización Mundial de Sanidad Animal, OIE, como país libre de fiebre aftosa con vacunación.
 
Por un año más la influenza aviar no tuvo cabida en la población avícola colombiana, conservando el comercio de carne de pollo, pollitos de un día, huevos frescos para consumo humano y huevos fértiles para incubación con Venezuela y Ecuador, generándole al país ingresos por más de 52 millones de dólares.
 
El rigor científico y la adaptación tecnológica consiguió que el Laboratorio Nacional de Diagnóstico Veterinario del Ica, LNDV, fuera certificado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, como el primer laboratorio de América Latina en cumplir los estándares para diagnosticar el virus de la influenza aviar, mediante técnicas de diagnóstico molecular.
 
Sumado a lo anterior, este laboratorio inició las construcciones de infraestructuras adecuadas para alojar aves productoras de huevos embrionados libres de patógenos específicos (SPF), que le reducirán a Colombia en un 50 por ciento la importación de este material genético con el cual se analizan enfermedades aviares.
 
Asumiendo sus funciones como autoridad pesquera del país, dentro de las acciones del Ica en el 2008 estuvo el repoblamiento pesquero de las lagunas del Juncal, la represa la Sucia, las Nubes, Guaitipan y el reservorio el Curibano, en el departamento del Huila, mediante la liberación de cien mil individuos de especies nativas. Igualmente, en el Atlántico 26 mil bocachicos fueron introducidos en el embalse del Guájaro, provenientes de la Estación Piscícola de Repelón.
 
Dando sostenibilidad y contribuyendo con la seguridad alimentaria de las comunidades ribereñas, el Instituto inició planes de ordenación pesquera en lugares estratégicos como La Mojana, el Golfo de Morrosquillo, la Depresión Momposina y el Medio Magdalena, entre otros, en donde se establecieron acuerdos comunitarios de pesca, monitoreos pesqueros participativos y actividades de repoblamiento íctico.
 
Dentro de la actualización de la reglamentación pesquera, se fijaron medidas para la pesca en la Ciénaga de Zapatosa, prohibiéndose el uso de artes como el chinchorro, chinchorra, cuerdita, trasmallo de nylon transparente y la atarraya barredera, así como la pesca con explosivos.
 
Al establecerse periodos de veda para diferentes recursos pesqueros, el Ica llevó a cabo operativos de control a las tallas de especies ornamentales y de consumo en la Orinoquia Colombiana, del bagre en la Cuenca del Magdalena, la Arawana en la Cuenca de la Amazonia, así como el control a artes de pesca. 
 
De esta manera, el Ica continúa comprometido con la sanidad agropecuaria colombiana, así como con el fortalecimiento del sistema de red sanitario y fitosanitario, como base para la amplitud de la comercialización internacional de los productos agrícolas y pecuarios.
 
 
 
 
 

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