01 de septiembre de 2008
Inicia repoblamiento de bocachico
Ica multiplica peces en embalse del Guájaro, Atlántico
-El Embalse del Guájaro, recibió este domingo la llegada de 26 mil bocachicos, provenientes de la Estación Piscícola de Repelón, con los cuales se busca mantener las poblaciones de especies nativas presentes en la zona, así como garantizar la conservación de la pesca artesanal.
-Ica iniciará ensayos preliminares de marcaje de bocachicos con el fin de hacer el seguimiento de crecimiento y sobrevivencia de estos individuos.
El Instituto Colombiano Agropecuario, Ica, inició el repoblamiento del embalse del Guájaro, ubicado en el sur del departamento de Atlántico, con el fin de conservar las pesquerías artesanales presentes en este embalse y mantener la seguridad alimentaria de los municipios y corregimientos aledaños.
Esta jornada de repoblamiento que se inició en Atlántico se desarrollará en tres etapas, de las cuales la primera se llevó a cabo el pasado domingo 31 de agosto con la siembra de 26 mil bocachicos, procedentes de la estación piscícola de repelón.
“El repoblamiento del Embalse del Guájaro con especies nativas como el bocachico contribuirá a mantener su producción pesquera, la cual actualmente es de menos de tres mil toneladas anuales, al tiempo que le permitirá a más de 2.500 pescadores de la zona contar con la estabilidad de su actividad”, dijo Andrés Fernández Acosta, gerente general del Ica.
La segunda etapa de esta jornada está programada para finales del mes de octubre, en donde adicional al número de bocachicos a liberar, también serán sembrados otros cinco mil ejemplares, con los cuales se implementará una técnica de marcaje con bioindicadores.
“El Ica iniciará los ensayos preliminares de marcaje de bocachicos con el fin de hacer el seguimiento de crecimiento y sobrevivencia de estos individuos, para así establecer un proceso efectivo del repoblamiento y definir el impacto real de la actividad”, agregó Fernández Acosta.
La captura de especies nativas en este embalse ha disminuido en los últimos 30 años casi un 50 por ciento, desde que en 1974 se cerrara la conexión entre el Río Magdalena y la Ciénaga, lo que desde entonces ha impedido el intercambio natural de los peces desde el Canal del Dique hacía el interior del embalse.