Cosechando saberes y esperanza en el Cesar: el ICA y los campesinos unidos por la agroecología

Participantes en la jornada.
Participantes en la jornada.

Aguachica, Cesar, 4 de diciembre de 2025. En el corazón productivo del sur del Cesar, un encuentro reciente se convirtió en mucho más que un simple taller: fue una siembra de esperanza y un diálogo profundo entre la sabiduría ancestral campesina y la asistencia técnica. En la vereda Norean, municipio de Aguachica, 18 productores de maíz, plátano, banano y frijol se dieron cita en la finca Unión Bascate, propiedad de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos de Colombia (ANUC), para poner en el centro de la conversación a la agroecología.
 
La jornada, liderada por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) en Cesar, se enfocó en un objetivo claro y vital: promover un enfoque agroecológico que fortalezca las prácticas que por años han sostenido a las familias, garantizando alimentos más sanos y abriendo las puertas a mercados locales e, incluso, internacionales.
 
El ambiente se sintió ligero y familiar. Lejos de la rigidez, la charla fluyó entre risas espontáneas y comentarios ocurrentes, creando una confianza invaluable entre los productores y el equipo técnico del ICA.
 
El punto de partida fue la construcción participativa de un mapa del lugar de producción. Una herramienta sencilla, pero poderosa, que permitió a cada productor ver su finca como una verdadera empresa agropecuaria y definir sus sueños y expectativas.
 
El taller fue un diálogo de saberes, en el que el conocimiento técnico del ICA se encontró con las experiencias exitosas que ya viven en la finca anfitriona. Se resaltaron prácticas valiosas como: la rotación de cultivos (maíz y frijol), que naturalmente mejora la tierra; el cuidado celoso de la quebrada Norean, fuente vital de agua; la labranza mínima, que protege la estructura del suelo; y a riqueza de especies forestales como cedro, ceiba y caracolí, que actúan como guardianes del medio ambiente.
 
Sin embargo, también se habló con franqueza de los desafíos. La dependencia de insumos externos ya sea para la nutrición de los cultivos o para el manejo de plagas, fue un punto de quiebre. Este es un aspecto clave, pues el costo de estos insumos afecta directamente el bolsillo de las familias y la sostenibilidad de su producción.
 
La respuesta del ICA fue clara: identificar alternativas agroecológicas que permitan reducir esos costos, disminuir la dependencia y avanzar hacia un sistema productivo que se sostenga por sí mismo, dando un paso firme hacia la autonomía de los sistemas agrícolas.

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Este tipo de encuentros no son un hecho aislado; son una columna vertebral para la implementación de la Política Pública de Agroecología y un pilar fundamental de la Reforma Agraria que impulsa el país.
 
Para los campesinos del Cesar, esto significa:
 
  1. Seguridad alimentaria garantizada: al poder producir sus propios alimentos sanos, con menos químicos, se fortalece la dieta de sus familias y comunidades.
  2. Desarrollo económico rural: al reducir la compra de insumos externos, la utilidad se queda en el campo, robusteciendo la economía local.
  3. Resiliencia al clima: fortalecer las prácticas ancestrales y el manejo integral de los recursos naturales hace que sus cultivos sean más fuertes y resilientes frente a los cambios del clima.
 
Según los datos del Ministerio de Agricultura y la FAO, la apuesta por la agroecología está creciendo con fuerza en el país. El mapeo más reciente (2023–2024) identificó 714 iniciativas agroecológicas, la gran mayoría pertenecientes a la Agricultura Campesina, Familiar, Étnica y Comunitaria (ACFEC), vinculando a más de 86.759 familias.
 
El taller del ICA y la ANUC en Norean, no solo fortaleció las capacidades técnicas de 18 familias productoras, sino que inspiró un camino donde la tierra se trabaja con conocimiento, cuidado y con la certeza de que el futuro del campo colombiano se cultiva a través del diálogo de saberes y la protección de su propia naturaleza.

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