El primero de una serie que se extenderá hasta mediados de diciembre

Taller para productores sobre el correcto uso de plaguicidas

A Sibaté asistieron 45 productores de papa, alverja, fresa, y hortalizas, provenientes principalmente de este municipio
Un equipo interdisciplinario del Instituto Colombiano Agropecuario ICA llevó a cabo en Sibaté un taller que tuvo por objeto de poner de relieve la importancia de los Límites Máximos de Residualidad, requisito fundamental para proteger la salud, el medio ambiente y para poder exportar.


Bogotá, noviembre 3 de 2011. El pasado 14 de octubre se llevó a cabo en la Casa de la Cultura de Sibaté (Cundinamarca) el primer Taller de Límites Máximos de Residualidad de Plaguicidas Químicos de Uso Agrícola PQUA, que hace parte del Proyecto de Admisibilidad de Productos Agrícolas (convenio 055 suscrito entre el Instituto Colombiano Agropecuario ICA y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural), puesto en marcha por el Instituto y cuyo principal objetivo consistió en concientizar a los productores participantes de la importancia que implica el cumplimiento de los Límites Máximos de Residualidad, como un requisito de suma importancia para la accesibilidad al mercado exportador.
 
Los Límites Máximos de Residualidad son la máxima concentración de residuos de plaguicidas permitidos para que un producto alimenticio sea toxicológicamente aceptable para el consumo, con la certeza de que ni la salud ni el ambiente se verán afectados. Promover la producción y comercialización de productos agrícolas, inocuos, seguros y saludables, así como sensibilizar a los productores agropecuarios acerca de la inocuidad y el manejo adecuado de Plaguicidas Químicos de Uso Agrícola, fueron los otros objetivos del taller.
 
El taller de Sibaté fue el primero de una serie que se extenderá hasta mediados de diciembre de este año, la cual contempla de dos a tres talleres por departamento y la participación en cada uno de 35 a 50 productores. Se espera que tales productores visualicen el potencial exportador de sus productos, tomando en cuenta la naturaleza de sus cultivos: uchuva, granadilla, fresa, banano, papa y cítricos, entre otros muchos.
 
A Sibaté asistieron 45 productores de papa, alverja, fresa, y hortalizas, provenientes principalmente de este municipio, así como de Soacha y Granada. “Quisimos hacer un taller en buena medida didáctico que permitiera a los participantes afianzar sus conocimientos básicos sobre el manejo de plaguicidas y Límites Máximos de Residualidad, e igualmente acerca de conceptos como inocuidad y admisibilidad”, dice el equipo de trabajo del convenio 055, el cual hace parte de la Subgerencia de Regulación Sanitaria y Fitosanitaria del ICA. El equipo en cuestión está conformado por profesionales de diferentes disciplinas provenientes del Área de Finanzas y Comercio Internacional de la entidad, ingenieros químicos, biólogos y abogados, entre otras.
 
El taller empezó con una charla sobre admisibilidad a mercados exportadores, uno de cuyos requisitos consiste en cumplir con los Límites Máximos de Residualidad. La charla también se centró en los conceptos de seguridad alimentaria y residualidad de plaguicidas. Igualmente se llevó a cabo un repaso de la iconografía que es necesario conocer para el correcto uso de plaguicidas, la cual orienta acerca del empleo de guantes y máscaras, entre otros muchos aspectos.
 
Posteriormente, los productores respondieron un pretest que les permitió determinar su buen nivel de conocimientos acerca residualida de plaguicidas y Plaguicidas Químicos de Uso Agrícola PQUA. Al mismo tiempo, el pretest ayudó a destacar los vacíos que aún tienen en admisibilidad a mercados con potencial exportador, así como en Límites Máximos de Residualidad.
 
A partir de una dinámica basada en el juego Concéntrese, los participantes, distribuidos en seis grupos, repasaron toda una serie de conceptos como Límites Máximos de Residualidad, inocuidad, admisibilidad, plaguicida, normatividad y Buenas Prácticas Agrícolas BPA, entre otros muchos.
 
Después del juego los asistentes se organizaron en cuatro grupos para interpretar, cada grupo, un dramatizado en torno a la buena aplicación de plaguicidas, la mala aplicación de los mismos, las Buenas Prácticas Agrícolas y las malas prácticas agrícolas.
 
Una de las últimas actividades consistió en la elaboración de una etiqueta de plaguicida con los elementos mínimos pertinentes para su correcta lectura e interpretación.
 
“Los asistentes se marcharon muy motivados. Fue una sesión muy enriquecedora”, dice el equipo de trabajo del convenio 055. La metodología del taller también se basó en conocer de primera mano las experiencias de cada uno de los productores en cuanto a la aplicación de plaguicidas, a partir de las cuales se les indujo a que tomaran conciencia en cuanto al correcto uso de los mismos en función de nuestra salud y medio ambiente, así como del futuro comercial que se abre con los diferentes tratados comerciales que el país ha venido suscribiendo con otros gobiernos.  
 
 

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