• Que no muestran signos de mejoramiento o que presentan una mínima posibilidad de recuperación después de cuidado intensivo.
  • Que estén severamente lastimados, inmóviles o que no caminen, y que no tengan posibilidades de recuperarse.
  • Como parte de un programa de control oficial.
  • Cuando sea necesario proceder al sacrificio de animales a raíz de catástrofes naturales.
  • Que sean físicamente incapaces de acceder al alimento o al agua.
  • Aquellos animales con una enfermedad incurable o con deformidades que comprometan la vida del animal.