INTRODUCCIÓN:
El Caracol Gigante Africano (
Achatina fulica Bowdich) es considerado una de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), por su alta proliferación, polifagia y capacidad de adaptación a diversas condiciones ambientales (Lowe et al., 2004). El Caracol Gigante Africano ha promovido impactos ecológicos y económicos en las áreas donde ha sido introducido (Raut & Barker, 2002); además, es una de las plagas más destructivas que afectan a las zonas subtropicales y tropicales, causando grandes daños en plantaciones comerciales y jardines domésticos. También se puede encontrar en árboles, material en descomposición y cerca de basureros (Albuquerque et al., 2008).
En la actualidad se encuentra distribuido en Asia, Oceanía, América y Europa, en cerca de 61 países y su principal medio de dispersión ha sido el hombre (Linares et al., 2013). Uno de los factores más determinantes en la rápida dispersión de esta especie en el mundo es la presencia humana. Por lo general
A. fulica es más abundante en sitios de asentamiento humano y ciudades densamente pobladas en donde encuentran fácilmente recursos alimenticios como material vegetal y animal en descomposición (Alburqueque et al., 2008; Senasa, 2013).
Achatina fulica es una especie polífaga, lo que significa que puede alimentarse de diversas especies de plantas, de diferentes familias. Su alimento preferido es la materia vegetal y animal en descomposición, los líquenes, las algas y los hongos. Sin embargo, el potencial del caracol como plaga de cultivos se ha registrado en una gran cantidad de plantas, incluidas especies ornamentales, hortalizas, frutales y leguminosas (CABI, 2022; OIRSA, 2020).
La corteza de árboles relativamente grandes como los cítricos, el caucho y el cacao son frecuentemente afectados por este molusco. Sin embargo, la preferencia por especies vegetales en una localidad particular depende principalmente de la composición de las comunidades de plantas, con respecto tanto a las especies presentes como a la edad de estas. Los cultivos de la familia Poaceae (caña de azúcar, maíz, arroz) sufren poco o ningún daño por
A. fulica (CABI, 2022).
Además del impacto que puede tener en sistemas agrícolas comerciales y en ecosistemas naturales,
A. fulica también puede actuar como vector de parásitos de importancia médica y veterinaria al ser hospedante de nematodos del género
Angyostrongylus, específicamente de las especies
A. cantonensis y
A. costaricensis causantes, respectivamente, de meningoencefalitis y angiostrongilosis abdominal en humanos (Albuquerque et al., 2008).
2. Características morfológicas de A. fulica:
a. Huevo: Los huevos son de forma esférica a elipsoidal con diámetro de 4.5 a 5.5 mm. y son de color amarillo a crema.
b. Adulto:
Achatina fulica es un caracol terrestre que tiene una concha estrecha cónica, dos veces más larga que ancha, con siete a nueve espirales cuando el organismo se ha desarrollado completamente. La concha de los adultos puede alcanzar 30 cm de longitud, pero en general la media oscila entre 5 y 10 cm. La parte externa de la concha es de color marrón rojizo, con bandas alternas de color crema que se aclaran mientras se encuentran más cerca del ápice de la concha (figura 1). Una característica muy importante para su determinación es que posee un truncamiento en la base de la columela o columna.
Presenta dos pares de tentáculos sobre la cabeza: un par corto y un par largo con ojos redondos situados en el ápice. El aparato bucal tiene una mandíbula en forma de cuerno que contiene 80,000 dientes, los cuales son sustituidos inmediatamente después que se desgastan (OIRSA, 2020).
Figura 1. Caracol Gigante Africano en estado adulto. (Fuente: Díaz, 2021).
2-El Caracol Gigante Africano y su capacidad de adaptación:
La especie puede adaptarse a diferentes condiciones climatológicas, dependiendo de la temperatura y humedad relativa de los ecosistemas, a través de la estivación y la hibernación. La actividad óptima del caracol está condicionada por tres parámetros: humedad, temperatura y fotoperiodo:
- Humedad ambiental óptima: diurna: 75-80%; humedad ambiental nocturna: 85-90% no mayor a 95%.
- Temperatura óptima diurna: 20 - 22 ºC; temperatura óptima nocturna: 16-18 ºC.
- Fotoperiodo: 18 horas luz – 6 horas oscuridad (OIRSA, 2020).
Teniendo en cuentas las características biológicas y etológicas de la especie
A. fulica, las cuales incluyen:
- Especie hermafrodita: Achatina fulica es un molusco hermafrodita protandroso, es decir, presenta ambos sexos, llegando la madurez reproductiva masculina primero que la femenina. La cópula es recíproca, lo cual se constituye en una estrategia eficaz ya que ambos caracoles son fertilizados (Caballero – Aldana, 2013). Además, cuentan en el tracto reproductivo con una bolsa espermática llamada espermateca o “copulatrix bursa”, que permite el almacenamiento de semen hasta que el caracol receptor encuentre condiciones ambientales favorables para la fertilización de los huevos; por lo anterior esta especie puede reproducirse varias veces más sin necesidad de aparearse nuevamente y pueden poner huevos fértiles cada 2 o 3 meses. En promedio, cada individuo oviposita grupos de 100 a 500 huevos.
- Hibernación y estivación: A. fulica posee mecanismos de adaptación a los cambios en las condiciones de humedad relativa y temperatura de los ecosistemas. Es así como esta especie puede estivar, cuando la temperatura sobrepasa los 280C o hibernar cuando la misma llega a valores inferiores a 80C y la humedad relativa es menor al 65%. Durante estas fases de vida, los moluscos construyen una estructura denominada “epifragma” que le permite cerrar la concha y entrar en una fase de latencia (dormancia), donde se detiene su actividad biológica hasta tanto se restablecen las condiciones aptas para su desarrollo. Bajo condiciones adecuadas de temperatura y humedad puede estar en fase activa a lo largo del tiempo (García et al., 2020).
- Mecanismos de resistencia: el Caracol Gigante Africano cuenta con mecanismos de resistencia como una concha fuertemente diseñada para evitar el ataque de los depredadores y que se regenera fácilmente tras lesiones. Además, el moco cuenta con una glicoproteína, denominada Acatina, que previene el crecimiento de bacterias Gram negativas y Gram positivas como: Staphylococcus aureus, Bacillus subtilis, Escherichia coli, Pseudomonas aeruginosa, evitando así infecciones por estos microorganismos.
Lo anterior, junto con el hecho de ser una especie omnívora, generalista y voraz, hacen que, en las regiones con presencia de la plaga, la erradicación sea un proceso costoso y dispendioso. Es por esto por lo que la principal medida aplicable para evitar afectaciones por
A. fulica, es el monitoreo y la detección oportuna de la plaga en los lugares de producción, con el fin de impedir su establecimiento y dispersión.
3-El hábitat predilecto para el Caracol Gigante Africano:
Achatina fulica es una especie propia de climas tropicales y subtropicales. Viven en terrenos con abundante vegetación y preferiblemente ricos en carbonato cálcico. A pesar de tratarse de una especie propia de zonas húmedas y cálidas, se adapta adecuadamente a climas secos y frescos (OIRSA, 2020). La mayoría de los estudios adelantados a nivel mundial, sobre la invasión del caracol gigante africano, muestran que su presencia está asociada a sitios fuertemente degradados ambientalmente y en consecuencia ligados a las actividades humanas, como lo son las áreas agrícolas, urbanas y periurbanas (Raut & Barker 2022).
4-Estrategias de control y disposición final establecidas para el manejo del Caracol Gigante Africano en Colombia:
En Colombia, y a partir de reportes de la presencia del caracol gigante africano en siete departamentos del país, se definió, en el año 2011, el “
Plan nacional interinstitucional de los sectores ambiental, agropecuario, salud y defensa para la prevención, manejo y control del caracol gigante africano (Achatina fulica)”, el cual nació del trabajo conjunto del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Ministerio de Protección Social, Instituto de Investigación en Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt, Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia y del Instituto Colombiano Agropecuario ICA. De acuerdo con el Plan Nacional Interinstitucional, para el manejo del Caracol Gigante Africano, se dispone de las siguientes estrategias:
- Control físico: este método se sustenta en dos opciones, ahogamiento o presión. Los pasos para seguir se detallan a continuación:
- Colectar manualmente y con guantes los individuos y sus huevos.
- Introducir dichos especímenes en una bolsa plástica y someterla a presión física.
- Llenar un recipiente con agua hasta el nivel superior e introducir los especímenes adultos en el recipiente, taparlo para impedir su respiración.
- Control químico: este método se basa en el uso de sustancias que, al entrar en contacto o ser consumidas por el animal, causan la muerte de este por intoxicación o deshidratación y en el cual se debe:
- Colectar manualmente y con guantes, los individuos y sus huevos e introducirlos en una bolsa plástica o recipiente.
- Adicionar sobre el cuerpo de los animales cualquiera de las siguientes sustancias: arsenato de calcio, sal común o productos molusquicidas con registro ICA (solo para uso en sistemas productivos agrícolas).
La Autoridad Ambiental, de cada departamento, establecerá los lineamientos para la disposición final de los individuos teniendo como opciones:
- Incineración: mediante la utilización de hornos que se encuentren bajo los criterios ambientales establecidos.
- Hidrólisis alcalina: consiste en sumergir los individuos en soda caustica, procedimiento en el cual las proteínas se hidrolizan y en el caso del caracol se garantiza la eliminación de microorganismos patógenos.
- Disposición final en celda de seguridad en relleno fitosanitario: ubicada en el relleno sanitario y verificada por la autoridad ambiental correspondiente.
- Enterramiento in situ: principalmente implementada en zonas rurales y en donde se deben establecer sitios con ausencia de napas, puntos de captación de agua y aguas subterráneas con profundidad mayor a 8 metros y acogiendo las recomendaciones estipuladas en el plan.
5-
Recomendaciones
- No arroje desechos orgánicos en zonas con presencia del caracol. Realice un manejo adecuado y disposición de los desechos o residuos de cosecha, con el fin de evitar el establecimiento y dispersión del caracol gigante africano en su predio.
- Implemente acciones permanentes de monitoreo, para identificar oportunamente la presencia de huevos o individuos.
- Coloque el caracol dentro de un recipiente de plástico o vidrio y aplique sal o cal directamente en el cuerpo del animal, no lo haga sobre la concha.
- No entre en contacto directo con estos moluscos. Proteja sus manos con guantes, previo a la manipulación de individuos.
- Identifique las posturas y disponga los huevos en un recipiente con sal.
- Lávese muy bien las manos y los antebrazos con abundante agua y jabón, después de manipular el caracol.
- Intensifique el monitoreo en sus fincas y capacite a los trabajadores sobre esta plaga.
- No disponga caracoles muertos o sus restos en las fuentes hídricas o cerca de los reservorios.
- Haga una correcta disposición final de los caracoles muertos, de acuerdo con lo que la autoridad ambiental competente haya dispuesto para su municipio.