Xylella fastidiosa es una bacteria fitopatógena de importancia económica a nivel mundial que conduce a la obstrucción del sistema vascular de las plantas (Figura 1), afectando su desarrollo y productividad. Su transmisión ocurre principalmente a través de insectos vectores, con más de 120 especies identificadas a nivel mundial, y por la movilización de material vegetal infectado.

Esta bacteria tiene un variado rango de hospedantes; se han identificado cerca de 679 especies de plantas con las cuales la bacteria genera interacción compatible. No todas estas interacciones resultan en el desarrollo de enfermedad. Tiene una alta capacidad de diseminación y puede causar graves daños en cultivos estratégicos.

vaso-del-xilema-con-celulas-de-Xylella-fastidiosa.png
Figura 1. Fotografía de microscopía electrónica de un corte transversal de un vaso del xilema con células de Xylella fastidiosa. (Fuente: De Lima et al., 1998).

A la fecha no existen tratamientos curativos efectivos para plantas infectadas. Su manejo se basa en cuatro estrategias principales:
  • Exclusión: Prevención de su ingreso y dispersión mediante medidas fitosanitarias.
  • Monitoreo: Vigilancia constante para detectar presencia de la bacteria y sus vectores.
  • Eliminación de plantas infectadas: Erradicación de cultivos positivos para evitar la propagación.
  • Control de insectos vectores: Una vez se ha determinado la presencia de plantas positivas a la bacteria, se debe controlar las poblaciones de los insectos vectores para prevenir su diseminación.