Uso de material vegetal certificado, producido en ambientes protegidos lejos de plantaciones comerciales.
Monitoreo y diagnóstico, con inspecciones regulares y muestreo de plantas hospedantes en zonas de riesgo.
Control de vectores, reduciendo sus poblaciones para minimizar la transmisión.
Manejo de arvenses y hospedantes cercanas a cultivos susceptibles para evitar la presencia de reservorios de vectores.
Eliminación de plantas afectadas, incluyendo árboles asintomáticos cercanos a los infectados.
Poda de árboles infectados: estrategia efectiva en cítricos mayores de cuatro años y en almendros.
Estudios recientes han demostrado que técnicas avanzadas se sensoramiento próximo y remoto, como la espectroscopia de imágenes y la termografía aérea, permiten detectar la infección por Xylella fastidiosa antes de que los síntomas sean visibles. Esto es clave para la erradicación temprana y el manejo eficiente de esta enfermedad.