Estomatitis Vesicular

La estomatitis vesicular (EV) es una enfermedad de origen viral que afecta las especies bovina, equina, porcina, ovina, caprina, algunas especies silvestres y potencialmente al hombre. Es producida por un Rhabdovirus, género vesiculovirus, del cual existen los serotipos New Jersey e Indiana, del cual se conocen los subtipos Indiana I, II o Cocal e Indiana III o Alagoas.

Diagnóstico en Colombia
El diagnóstico de laboratorio es esencial, debido a que la estomatitis vesicular no puede distinguirse en forma confiable de otras enfermedades vesiculares tales como la fiebre aftosa, exantema vesicular y enfermedad vesicular porcina. Sin embargo, la presencia de síntomas en caballos sugiere estomatitis vesicular.

A pesar de desconocerse aspectos relacionados con la ecología del virus, la transmisión se realiza por contacto directo, ya sea por inhalación a través de los ollares, boca, o daños en la piel, siendo fuentes directas de infección la saliva, el líquido y el epitelio de las vesículas rotas, o el virus en sí. Asociados a la transmisión de la enfermedad se han identificado como vectores las moscas del género Lutzomya o flebotomos del género simulium o simulados, considerándose en general la asociación con vectores hematófagos. A pesar de que el virus infecta gran número de especies mamíferas y aves silvestres, aún quedan por definir los reservorios naturales.

Los équidos de trabajo dada su actividad, la forma de presentación subclínica de la enfermedad y la no usual toma de muestras para diagnóstico de enfermedades vesiculares, contribuyen de gran manera a la transmisión del virus entre predios e inclusive en la misma explotación, bien sea como portadores sanos o a través de la manifestación clínica o subclínica de la enfermedad.

Si bien, los équidos no son susceptibles a la fiebre aftosa, lo cual permite plantear el diagnóstico de EV a nivel de campo, ante la presentación de sintomatología vesicular siempre es necesario recurrir a la toma de muestras con el fin de llegar a un diagnóstico definitivo a través del laboratorio. Toda notificación de vesiculares debe incluir el examen clínico de los equinos de la explotación involucrada y la toma de muestras acorde con cada caso.

La mejor muestra para diagnosticar la enfermedad es el tejido epitelial de animales con sintomatología clínica o el contenido de las vesículas.

Ante un diagnóstico negativo a estomatitis vesicular en equinos, debe realizarse un diagnóstico diferencial de procesos infecciosos bacterianos, procesos tóxicos y procesos traumáticos con el fin de llegar a un diagnóstico definitivo que permita la prescripción médica acorde con la etiología del proceso que corresponda.

Diagnóstico diferencial
En los bovinos, el diagnóstico diferencial incluye la fiebre aftosa, pododermatitis, y quemaduras térmicas o químicas. Las lesiones orales también pueden ser similares a las de rinderpest, rinoneumonía infecciosa bovina, diarrea viral bovina, fiebre catarral maligna y enfermedad hemorrágica epizoótica.

En cerdos, la fiebre aftosa, enfermedad vesicular porcina, exantema vesicular del cerdo, pododermatitis y quemaduras químicas y térmicas deberían tenerse en cuenta. La lengua azul, el ectima contagioso, ulceración de labios y patas y pododermatitis se encuentran entre las enfermedades diferenciales en las ovejas. Las causas tóxicas y mecánicas de las úlceras y erosiones deben ser consideradas en los caballos.

Impacto Social
El impacto social de la enfermedad para la especie bovina está representado por la disminución de carne y leche, ocasionando cuantiosas pérdidas económicas y por ende repercusión sobre la salud humana. En la especie equina el impacto está representado principalmente por las lesiones en cascos, lo cual repercute directamente en la disminución de la capacidad de trabajo e inclusive de alimentación, en “días perdidos”, incremento de los costos de los servicios veterinarios, incremento en los costos por medicación, incapacidad y costo de recuperación de cascos cuyo período puede oscilar entre 4 y 6 meses.

Las pérdidas de estas y otras consecuencias a causa de la estomatitis vesicular en équidos requieren ser en primera instancia cuantificadas para luego plantear las estrategias de control en la especie que contribuyan a disminuir el riesgo de transmisión para las otras especies susceptibles.   

Recomendaciones
En caso de presentarse la enfermedad en el predio el ICA recomienda:
  • Facilitar la alimentación de los enfermos con pastos suaves.
  • Dedicar en lo posible personal y equipo para uso exclusivo.
  • Restringir la movilización de los enfermos y sus contactos.
  • Restringir la movilización de équidos enfermos o en contacto con animales enfermos de cualquiera que sea la especie afectada.
  • Realizar control de vectores hematófagos o picadores de acuerdo con su ciclo vital.
  • Limpiar y desinfectar las instalaciones, equipo, y utensilios en contacto con animales enfermos.
  • Ordeñar y tratar los animales enfermos después de los sanos.
  • Vacunar en épocas anteriores al comienzo de la presentación de la enfermedad, teniendo en cuenta la historia de ocurrencia en las diferentes regiones.
La vacunación es una de las herramientas utilizadas para prevenir la presentación de la enfermedad en las especies bovina y porcina. Para la especie equina actualmente no se recomienda la aplicación de la vacuna, porque puede producir la formación de granulomas en esta especie”, acotó la gerente general del ente rector de la sanidad animal en el país.

El Instituto hace un llamado a los ganaderos para que notifiquen oportunamente, en la oficina del ICA más cerca al predio, la presencia de síntomas relacionados con la enfermedad.
 
Contacto: Dirección Técnica de Vigilancia Epidemiológica
e_mail: epidemi.pecuaria@ica.gov.co 
Teléfono: (57+1) 7563030 / Ext.: 3273