Los signos más frecuentes de la enfermedad en todos los grupos de edad son fiebre, amontonamiento, falta de apetito, debilidad, conjuntivitis y constipación, seguidos de diarrea. Además, los animales pueden presentar una marcha tambaleante, ataxia o convulsiones. Varios días después de la aparición de los signos clínicos, las orejas, el abdomen y la parte interna de los muslos pueden presentar especialmente hemorragias petequiales o un color morado. Los animales con la enfermedad aguda pueden morir entre 1 a 4 semanas. La muerte súbita en ausencia de enfermedad clínica no es un signo de la PPC. (Capítulo 3.9.2 Peste Porcina Clásica – Manual de los Animales Terrestres. Infección por el virus de la Peste Porcina Clásica - OMSA).
 
En casos agudos, las lesiones anatomopatológicas graves pueden ser a menudo poco llamativas, o puede no haberlas. En los casos más caracteristicos, los ganglios linfáticos aumentan de tamaño y adquieren un tono rojo jaspeado, y se presentan hemorragias en la serosa y en las mucosas de los órganos intestinales. Pueden producirse infartos del bazo.
 
En ciertas circunstancias, determinadas por la edad de los animales, la raza, el estado de salud y la cepa del virus, puede aparecer la enfermedad en forma subaguda o crónica y prolongarse varias semanas o incluso meses. La enfermedad crónica acarrea un retraso en el crecimiento, anorexia, pirexia intermitente y diarrea. (Capítulo 3.9.2 Peste Porcina Clásica - Infección por el virus de la Peste Porcina Clásica - OMSA).
 
Las infecciones congénitas persistentes pueden pasar desapercibidas durante meses y limitarse solo a unos cuantos lechones de la piara o afectar a una gran cantidad. Los lechones con infección persistente no producen anticuerpos contra el virus de la PPC (VPPC), sino viremia duradera y excreción vírica en la mayoría de los casos. Los signos clínicos son inespecíficos: debilidad en ausencia de pirexia. Las infecciones crónicas y persistentes siempre conducen a la muerte del animal. Las tasas de mortalidad en la piara pueden superar ligeramente el nivel esperado (Capítulo 3.9.2 Peste Porcina Clásica (Infección por el virus de la Peste Porcina Clásica - OMSA).
 
En los casos subagudos y crónicos, además de las lesiones que se ven en los casos agudos, pueden observarse úlceras necróticas o en “botón” en la mucosa del tracto gastrointestinal, la epiglotis, la tonsila y la laringe. (Capítulo 3.9.2 Peste Porcina Clásica- Infección por el virus de la Peste Porcina Clásica - OMSA).
 
Los hallazgos histopatológicos no son patognomónicos. Las lesiones pueden incluir una degeneración parenquimatosa del tejido linfático, proliferación celular del tejido vascular intersticial y una meningoencefalitis no supurativa, con o sin manguito perivascular. (Capítulo 3.9.2 Peste Porcina Clásica - Infección por el virus de la Peste Porcina Clásica- OMSA).
 
Como se mencionó anteriormente, los signos clínicos de la PPC son variables y dependen de varios factores. Por ello, es importante considerar que un solo signo no es evidencia suficiente para un diagnóstico clínico definitivo de PPC. Con el fin de orientar la definición de caso clínico compatible con PPC, el sistema de vigilancia epidemiológica del instituto ha precisado seis cuadros clínicos, los cuales se describen a continuación:
 
Cuadro sistémico porcino: los animales presentan anorexia, debilidad, emaciación, postración, fiebre (>41°C), amontonamiento, retraso marcado en el crecimiento.
 
Cuadro digestivo: se observa porcinos con diarrea, anorexia, emaciación, estreñimiento, apetito irregular, vómito ocasional.
 
Cuadro respiratorio: se evidencian animales con tos, disnea, estornudos, descarga nasal u ocular, edema peri-ocular, hemorragia nasal, cianosis (en la piel de abdomen, vientre, orejas, extremidades), muerte.
 
Cuadro hemorrágico: los cerdos presentan en la piel de vientre, abdomen, orejas, cola y extremidades áreas de hiperemia, cianosis o hemorragias (petequias, hemorragias, manchas), muerte súbita.
 
Cuadro neurológico: incluye signos como desorientación, ataxia, convulsiones, debilidad de miembros posteriores, decúbito lateral, paresia, pedaleo, tremores y muerte.
 
Cuadro reproductivo: Presentación de abortos, aumento en los porcentajes de momias, mortinatos, lechones nacidos débiles, fetos o lechones con defectos congénitos y reducción de los parámetros reproductivos.