Las más relevantes según especie, son: Fiebre Aftosa para rumiantes, Encefalitis Equina Venezolana para équidos, Newcastle para aves, y Peste Porcina Clásica para suidos.
Estas enfermedades podrían transmitirse por animales vivos, productos de origen animal, al igual que por otros objetos inanimados que pueden contener restos de material orgánico en el que se prolongue la permanencia de un patógeno (a esta modalidad de propagación se le conoce como difusión por fómites).